Unas simples gafas pueden ser el origen de un siniestro de gran magnitud, por eso son las gafas más caras del mundo.
“El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar un tsunami en Nueva York” o, como dice el proverbio chino, “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Así se expresaba el meteorólogo y matemático Edward Lorenz en los años 60 para explicar que cualquier perturbación en una situación o sistema aparentemente normal, puede provocar que la situación o el sistema evolucione de forma completamente diferente. Lo descubrió en el intervalo de tiempo que se tarda en tomar un café. Obtenidas las predicciones meteorológicas para un periodo de dos semanas, decidió confirmarlas antes de apagar el ordenador. Pero en lugar de marcar las coordenadas iniciales, amplió los valores de tres a seis decimales. Dejó al ordenador trabajando y se fue a tomar un café. Al regresar, había ocurrido lo inesperado: las predicciones que había simulado anteriormente no coincidían en absoluto con las que había calculado esta vez.
Esta correlación causa-efecto se da en todos los aspectos de la vida: todo tiene que ver con todo y somos todos tan interdependientes, que un pequeño gesto puede ocasionar grandes transformaciones. Ese es el espíritu de la nueva campaña de divulgación de la DGT para la Operación Vacaciones 2015, la idea de que cualquier acción individual repercute no solo en la seguridad vial sino en el conjunto de toda la sociedad.
Diseñada por Ogilvy&Mather Publicidad, la campaña pretende que seamos conscientes de que una pequeña decisión al volante puede ocasionar consecuencias para todos. Para lanzar este mensaje, la agencia de publicidad se ha centrado en esas pequeñas “cosas sin importancia” que hacemos cuando conducimos otorgándoles un precio muy alto, es decir, el que tendrían si fueran el origen de un siniestro vial.
Unas simples gafas pueden ocasionar un siniestro de gran magnitud, por eso se convierten en las gafas más caras del mundo. De ahí que con “Los objetos más caros del mundo”, lo que intente la DGT es concienciar a los conductores de que una pequeña decisión puede desencadenar un efecto mariposa que acabaremos pagando todos.
1.400.000 euros es el coste social de cada víctima mortal en la carretera. España destina cada año 10.000 millones de euros a paliar los daños causados por los siniestros de tráfico, el 1% del PIB nacional, más de los que se dedica a I+D, medio ambiente y cooperación internacional. Para generar un efecto mariposa positivo que repercuta en nuestro bienestar social se han realizado anuncios de televisión, piezas gráficas y cuñas de radio. También una plataforma digital en la que participan los ciudadanos. En https://www.losobjetosmascarosdelmundo.com se lanzarán objetos cotidianos a precios desorbitados con la idea de que cuantas más personas conozcan y compartan la campaña, menos siniestros se producirán y, en consecuencia, más bajo será el precio de estos objetos. Y es que poner más atención cuesta muy poco… Y vale mucho para todos.