La bicicleta es un excelente recurso para aprender Educación Vial y, sobre todo, para ponerla en práctica.
Por Maite Cañamares
Lucía quiso pintarse montada en bicicleta, pero se “atascó”. Ya en la primera parte, dibujando su bicicleta. Las ruedas son fáciles, pero cuando tienes que sumarle el cuadro de bici y los pedales, la cosa empieza a complicarse. Y si a esto le sumas una persona montada pedaleando, el resultado acaba siendo de un cubismo indescifrable. Lucía tiene solo 6 años. Es alegre, tranquila y responsable, pero en esta ocasión se frustró. Y abandonó su dibujo, frustrando también a su mamá. Porque a mamá también le ilusionaba mucho la idea del dibujo de Lucía.
Primero, porque el dibujo de Lucía era para presentarlo al II Concurso de Dibujo Infantil de Educación Vial que organiza Ricardo Alemán, un policía local de Roquetas de Mar (Almería), toda una apuesta personal por la Educación Vial que Ricardo realiza fuera de su horario laboral, robándole tiempo a su familia, y de forma totalmente altruista, porque llevar a cabo estas acciones cuesta dinero. Ricardo es uno más de los muchos policías, guardia civiles, profesores y expertos en Seguridad Vial que están trabajando para que nuestros niño vivan en entornos más seguros, prácticamente sin ningún apoyo ni público ni privado. Estoy segura de que esto último algún día cambiará.
Por otro lado, porque el camino al cole de Lucía en bicicleta es una apuesta familiar con la que queremos demostrarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno social y familiar que la Educación Vial y la movilidad buena o mala de nuestros hijos es, directamente, una responsabilidad nuestra, de los padres, una rutina más que los niños pueden ir adquiriendo progresivamente en el hogar, mientras las instituciones no se dignen a involucrarse más en la escuela.
No podíamos bloquearnos porque no supiéramos dibujar una bicicleta.
La solución la encontramos en la foto de Lucía el primer día que fue al cole en bici, mezclando imagen real con dibujo. Lucía pintó su colegio, al que hay que agradecer todas las facilidades que nos ha dado para poder llevar adelante esta iniciativa y que está deseando que otros alumnos imiten, una norma: “¡Siempre con casco!” y un mensaje explicando porqué es importante la bicicleta.
La bici es divertida
Si desde que son bebés ya disfrutan sobre un triciclo y un correpasillos, ¡cómo no van a divertirse después sobre una bicicleta! Potenciando la coordinación y el equilibrio ganan autoestima y agilidad, seguridad y confianza. Y qué decir de la velocidad: en bici, al poder avanzar más deprisa que cualquier persona que camina, las distancias parecen distintas, la percepción del entorno cambia… Y encima ya no van de la mano de mamá, lo que les hace sentirse más mayores y más libres.
La bici es sana
Lo sabemos todos. Con la bicicleta, los niños desarrollan hábitos saludables para el cuerpo: mejora las articulaciones, refuerza el sistema inmunitario, aumenta la capacidad respiratoria, mejora el sistema circulatorio, previene contra los dolores de espalda, fortalece los huesos, es eficaz contra la obesidad, aumenta el nivel de calcio en los huesos… Por si esto fuera poco, es muy beneficiosa contra el estrés y los estados de ansiedad, favorece el desarrollo intelectual, el respeto, la tolerancia…
La bici es barata
Antes de ir al cole en bici, a Lucía la llevábamos al colegio en transporte público. Ella no paga en el autobús, pero sí el adulto que la acompaña, lo que significa un gasto de un Metrobus semanal (12,20€), que por cuatro Metrobus de media al mes… Casi 50€ de ahorro. ¡Maravilloso en estos tiempos que corren!
La bicicleta no contamina
Es fundamental que nuestros hijos vayan adquiriendo conciencia medioambiental y aprendan que la bicicleta no es solo un juguete o una herramienta para hacer deporte, si no un verdadero medio de transporte.
Y, por encima de todo, la bicicleta es educativa
La bicicleta es un excelente recurso para aprender Educación Vial y, sobre todo, para ponerla en práctica. A la edad de Lucía, todos los niños saben qué son los semáforos y los pasos de peatones, que hay que mirar antes de cruzar, etc., etc… Pero se dejan llevar de la mano sin asumir ninguna responsabilidad.
Ir al cole en bicicleta supone tomar conciencia del camino a recorrer, descubrir un punto de vista absolutamente nuevo de la calle. Ya no eres un peatón, ahora eres un conductor, por lo que tienes que conocer las normas y las señales, cumplirlas de forma responsable si no quieres tener un accidente y, todo ello, respetando a los demás.
Lucía disfruta y está muy implicada porque, como a cualquier niño, le motiva una actividad novedosa. Está ganando en control y dominio de movimientos, a nivel físico, pero sobre todo en autoestima y autonomía, al tomar conciencia de los riesgos y asumir la responsabilidad que supone conducir una bicicleta.
Algunos tardes, al volver del cole, pasamos de largo la puerta de casa porque Lucía no quiere bajarse aún de la bici. De pronto, tiene a su alcance tanto mundo por descubrir. Yo me canso, pero siempre consiento. Porque, por encima de todo lo que está aprendiendo, Lucía está feliz.