El gato que se enreda entre las piernas del conductor, el perro que ladra nervioso o juega con los niños… Esta imagen es relativamente común en el interior de los vehículos, pero puede llegar a ser causa de un fatal accidente. Las razones son obvias: cuando se trata de un animal que no acepta el viaje en coche de buen grado, se pone nervioso y no pudiendo controlar sus movimientos, lo que distrae al conductor. Además, si va suelto, pasa de ser nuestra mascota a un “bulto” susceptible de convertirse en un auténtico proyectil en caso de accidente.
La normativa
Sobre el transporte de animales de compañía, la normativa actual no indica específicamente nada. Solo en el Reglamento General de Circulación se indica que el conductor del vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, añadiendo que deberá cuidar especialmente de mantener la adecuada colocación de los objetos o animales transportados. En su artículo 18.1, señala: “Transportar un animal suelto que pueda interferir en la conducción, puede ser sancionado con multa de hasta 100 euros. Cuando se lleven sueltos varios animales o un animal sentado en el regazo del conductor, los hechos podrían considerarse como conducción negligente (infracción grave), castigada con multa de 200 euros”.
Por su parte, la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial hace algunas consideraciones que pueden ser aplicadas en el caso de transporte de animales de compañía. Por ejemplo, indica que los agentes encargados de la vigilancia del tráfico podrán ordenar la inmovilización inmediata de vehículos en caso de que las posibilidades de movimiento y el campo de visión del conductor resulten sensible y peligrosamente reducidas, por el número o posición de los pasajeros o por la colocación de los objetos transportados.
Recomendaciones para viajar con mascotas
Dado el vacío legal y la falta de información, la Dirección General de Tráfico (DGT) encargó al Centro Zaragoza un estudio sobre la incidencia de las mascotas en los accidentes de tráfico. La investigación se centró en el transporte de perros, al ser el tipo de mascota más habitual y de mayores dimensiones. Los resultados pueden resumirse en que:
1.- Nuestra mascota se convierte en una distracción constante en el coche. Y no olvidemos que el 30% de los accidentes se producen por una distracción del conductor.
2.- Dentro del automóvil, nuestra mascota se convierte en un “bulto” semejante a una maleta o bolsa de viaje. El Centro Zaragoza subraya que un perro suelto en los asientos traseros, en caso de colisión frontal, supone el mismo peligro para los ocupantes delanteros que un pasajero de los asientos traseros sin cinturón. El riesgo de que el ocupante delantero sufra lesiones se multiplica por dos. Recuerde que en una colisión frontal la deceleración multiplica el peso por 20 o 30 respecto al peso original, por lo que un perro de un 20 kilos de peso, al golpear contra el asiento delantero, lo haría con una fuerza equivalente al peso de un objeto de 600 kilos.
3.- Otros de los peligros más importantes que podemos encontrarnos al viajar con un perro, sobre todo si éste es grande es que, aunque vaya en la zona de carga del vehículo, realice un movimiento brusco de un lado a otro del maletero, desestabilizando el vehículo y asustando al conductor.
Consejos para viajar con nuestro fiel compañero
- Lo mejor es interponer entre el animal y los pasajeros una barrera fija con suficiente resistencia para aguantar las fuerzas que se generan en una colisión.
- Si el animal es pequeño o se trata de un gato, los transportines constituyen una buena opción, independientemente de si el coche lleva o no barrera de separación. El transportín facilita la colocación del animal en el sitio adecuado y evita que se mueva.
- Una buena opción para los perros es el arnés de seguridad, que no solo retiene, si no que evita que, en caso de frenazo o colisión leve, el animal se lesione.
- Existen coches más apropiados que otros para transportar animales, hay que tenerlo en cuenta si tenemos mascota y vamos a comprar un coche. Desde las tradicionales berlinas hasta las particulares pick-up, cada vehículo ofrece distintas posibilidades y capacidades de carga.
- Si tenemos más de un perro y de tamaño considerable, la mejor opción sería comprar un remolque y llevar a nuestras mascotas en este carro completamente independiente del vehículo.
Accesorios de seguridad
Redes
Suelen ser de nylon y se enganchan a cuatro puntos fijos en el coche. Hay que comprobar si su tamaño es adecuado (que cubra del techo al suelo del vehículo). Si la red es eláctica, en caso de impacto, no retendrá a nuestra mascota.
Barras separadoras
Es un entramado de barras horizontales y verticales que se adaptan a la altura y anchura del coche, impidiendo al animal que pase a la zona de pasajeros. Son fáciles de instalar (quedan fijas por presión) y retienen mejor al animal, pero en muchas ocasiones no aguantan el empuje de un perro grande.
Arnés de seguridad
Es una correa que, por un lado, se engancha al arnés del perro y, por el otro, tiene una lengüeta que encaja en el broche del cinturón de seguridad. En caso de golpes pequeños, son eficaces.
Barreras a medida
Son rejillas, normalmente metálicas, hechas a medida para cada modelo de vehículo. Generalmente se fabrican para retener cualquier tipo de carga, por lo que son perfectas para animales.
Transportines
Son una buena opción para animales pequeños. Muchos llevan ranuras que permiten sujetarlos con el cinturón de seguridad.