El largometraje, escrito y dirigido por la directora de “El pomo azul” y que produce Audiovisuales Doce Calles, narra en primera persona la vida de Rosi, la madre de Raquel Troyano a partir de un siniestro de tráfico ocurrido en 1986 en Reinosa. Consecuencia del mismo fallecen dos jóvenes, uno de ellos, tío de la directora y hermano de la protagonista. Rosi nunca creyó que su hermano había muerto y durante 30 años lo estuvo buscando en Cantabria.
“No somos conscientes de la envergadura que suponen los accidentes de tráfico –comentaba Raquel Troyano a Cine Arte Magazine, el pasado mes de mayo, durante la presentación del tráiler de “Una mañana fría” en el Festival de Cine de Málaga–. Solo en 2018 se produjeron en España 105.000 accidentes de tráfico con víctimas en los que perdieron la vida 1.830 personas. A nivel global, es la tercera causa de muerte y solo hablamos de las víctimas directas. Porque después están las familias de esas víctimas que al final son las grandes víctimas de esos siniestros. Tienes una semana de psicólogo pero, al cabo de la misma, todos vuelven a su vida. Y no siempre se logra superar ese hecho. Sobre todo, cuando no se ven los cuerpos. Porque muchas veces, tras los accidentes, los cuerpos no están para verse…”.
Y así empiezan los miedos, surgen los fantasmas y ese terrible siniestro de tráfico lo ocupa todo, marcando tu vida y la de tu familia. Al no haber visto el cuerpo, Rosi nunca creyó que su hermano había muerto y durante 30 años viajó a Cantabria en su búsqueda. Raquel Troyano ha tenido una madre en constante duelo, lo que a la directora, confiesa, le generaba mucha tensión, y esta tensión se traducía en silencio, no permitiendo a hablar a Rosi y no queriendo escuchar nada, Raquel: “Si no lo escucho, si no lo oigo, si no lo hablo, no existe”.
Y es ahí precisamente donde empieza “Una mañana fría”, en el diálogo, en la escucha, en el camino de vuelta a un siniestro de tráfico 33 años después, un recorrido de madre e hija hacia ese fantasma del pasado, el de esa persona querida y perdida de violenta y traumática, en un intento de cerrar ese proceso de duelo con la aceptación de que el luto no va terminarse nunca y solo puede aprenderse a convivir con él.
Desde Fundación Feu Vert y a través de Feu Vert en Marcha esperamos y deseamos que “Una mañana fría” sea uno de los grandes estrenos cinematográficos del año porque al igual que Raquel y Rosi, así como todas las víctimas de siniestros de tráfico que están colaborando en la película, estamos absolutamente convencidos de que es una producción absolutamente necesaria. Es una responsabilidad colectiva visibilizar a las víctimas de los siniestros de tráfico porque fijar el foco en la hora, días y años después de estos terribles sucesos, también ayuda a salvar vidas.
Una mañana fría – A Cold Morning from Audiovisuales Doce Calles on Vimeo.