Para los enfermos de asma y rinitis la conducción de un vehículo a motor puede resultar molesta e, incluso, peligrosa. Tienen más probabilidad de sufrir un siniestro de tráfico, además de por el consumo de antihistamínicos, por los accesos sincopales de tos y/o estornudos. El riesgo se multiplica fundamentalmente en primavera y otoño. Son parte de las conclusiones del estudio “Asma, rinitis y seguridad vial” que se presentará en el 50 Congreso SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).
A escasamente un mes de que se celebre en Madrid el 50 Congreso SEPAR, el Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ya puede adelantar que se solicitará a las autoridades la necesidad de que el conductor asmático y/o rinítico sea educado en los riesgos y las repercusiones que su problema de salud pueden tener en la conducción. Todo ello tras demostrarse en un estudio –“Asma, rinitis y seguridad vial”– que las personas asmáticas y riníticas sufren mayor siniestralidad vial que el resto de personas sanas.
Como apenas había trabajos que indicasen la relación existente entre la gravedad del asma y la rinitis con los accidentes de tráfico, el doctor José Gregorio Soto, neumólogo y miembro del Área de Asma de SEPAR, decidió iniciar y coordinar este estudio que se ha realizado sobre 609 personas, todas ellas conductoras habituales. Del total, 185 eran pacientes con diagnóstico de rinitis/asma de las consultas de Neumología/Alergia y Otorrinolaringología del Hospital de Jerez y el resto, lo formaban 424 pacientes sin patologías de Centros de Salud del Área de Gestión Sanitaria de Jérez (Cádiz).
“La población de asmáticos presentó una mayor prevalencia de accidentes de tráfico que el grupo de control, un 41,6% frente a un 33,85% –detalla el doctor Soto–. Siendo la siniestralidad mayor en función de la gravedad de la patología. También se hallaron diferencias significativas en el momento en que se produjeron los accidentes, siendo en primavera y otoño donde se concentraron más de la mitad de los siniestros en el grupo de pacientes asmáticos”. En ambas estaciones los pacientes asmáticos sufrieron más accidentes y el 77% de las víctimas relacionó su patología con el siniestro.
Esta mayor prevalencia también se demostró en los pacientes que solamente presentaban rinitis, con una proporción de 47,2% frente al 33,00% de los pacientes sanos. Y si bien se apunta al uso de antihistamínicos como principal causa del accidentes, los estudios clínicos también identificaron los accesos sincopales de tos y/o estornudos como factor de riesgo de los siniestros. Hay que tener en cuenta que en un paciente rinítico cada estornudo equivale a 2-3 segundos, durante los cuales un vehículo a 110 km/h de velocidad recorrerá cerca de 600 metros sin apenas control por parte del conductor. Por otro lado, los neumólogos estiman que conducir bajo los efectos de un antihistamínico clásico es prácticamente igual a conducir con un nivel de alcoholemia en sangre de 0,5 gramos por litro.
Con este estudio los neumólogos quieren llamar la atención sobre los peligros del asma y la rinitis en la conducción. Pues si bien a nivel médico se ha puesto generalmente mucho énfasis en las alteraciones de vista y oído, las alteraciones cardiológicas y metabólicas (hipoglucemias en diabéticos) o las enfermedades neurológicas y psiquiátricas, en el caso de las patologías respiratorias el factor del riesgo la mirada se ha dirigido siempre al consumo de medicamentos. Pero desde la SEPAR coinciden de que tanto el asma, como la rinitis y la rinosinusitis son patologías que pueden resultar muy peligrosas en conductores. Y no es para tomárselo a broma, al tratarse de patologías muy prevalentes que afectan a casi 10 millones de personas en España.
Para más información, podéis consultar la web de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).