Primero: bebés y niños pequeños de hasta 18 kilos de peso deben viajar en sentido contrario a la marcha, respetando siempre las instrucciones de los fabricantes del SRI y del vehículo; segundo: todos los niños cuya estatura no supere los 4 pies 9 pulgadas –145 cm de altura– continuarán usando silla o sistema de retención infantil para mejor guiado del cinturón de seguridad y que las bandas de este último ajusten correctamente en hombro y pelvis; y tercero: para una protección óptima, hasta los 13 años, todos los niños viajarán en los asientos traseros de los vehículos.
Básicamente a estos tres puntos se reducen las nuevas recomendaciones que la AAP (Academia Americana de Pediatría) publicará en su nuevo informe técnico “Child Passenger Safety” que verá la luz en el número de noviembre de la revista Pediatrics y que ya puede empezar a leerse online a partir de este mes. De viajar a contramarcha a ir sentado en el sentido de la marcha del coche, de usar sistema de retención a usar el cinturón de seguridad, la AAP hace hincapié en que aunque estas transiciones sean auténticos hitos del crecimiento de los niños para los papás, es importante que la comunidad pediátrica conciencie a estos últimos de que cada cambio “hacia delante” en la forma de llevar al niño en el coche disminuye considerablemente la protección del pequeño dentro del vehículo. Según la Asociación Americana de Pediatría, la primera regla pediátrica de seguridad vial infantil debe ser alentar a los padres a retrasar el mayor tiempo posible las transiciones en la forma de viajar de sus hijos.
En sentido contrario a la marcha hasta los 18 kilos
“Lo mejor es que sus hijos viajen mirando hacia atrás el mayor tiempo posible –afirma Benjamin Hoffman, autor del nuevo informa “Child Passenger Safety”– Esta sigue siendo la forma más segura de viajar para un niño. Cuando los pequeños viajan así, la cabeza, el cuello y la columna vertebral están apoyados en el respaldo de su asiento de seguridad, permitiendo que éste absorba la mayoría de las fuerzas de choque y proteja las partes más vulnerables del cuerpo del niño de forma superior que si el niño viaja a favor de la marcha”.
La recomendación, por tanto, es que los niños viajen a contramarcha hasta que alcancen el peso máximo recomendado por el fabricante del SRI, eliminando así el hito de hasta los 2 años aconsejado en el anterior informe de la AAP. “Afortunadamente los fabricantes de sillas infantiles han desarrollado asientos que permiten que la mayoría de los pequeños puedan viajar en sentido contrario a la marcha después de su segundo cumpleaños, hasta los 18 kilos –explica Hoffman–. La anterior recomendación, hasta los 2 años, se basó en una investigación biométrica europea que demostró menores riesgos de lesiones en niños de 1 a 2 años que viajaban a contramarcha. Pero en 2017, la revista Injury Prevention, demostró que no existen datos para determinar con certeza a qué edad es más seguro hacer que los niños miren hacia delante, centrándose por el contrario en el bajo desarrollo de la musculatura cervical y el mayor peso de la cabeza respecto al total de la masa corporal para asegurar que mantener a los niños en sentido contrario a la marcha el mayor tiempo posible es la mejor manera de reducir el índice de lesiones en cabeza y columna vertebral”.
Hasta los 4 pies 9 pulgadas todos los niños usarán Sistema de Retención Infantil
Según la Ley de Tráfico y Seguridad Vial en vigor, en nuestro país los menores con altura igual o inferior a 135 cm deben utilizar siempre un sistema de retención homologado y adaptado a su peso y estatura. No obstante, la Dirección General de Tráfico recomienda el uso del SRI hasta los 150 cm. Esta recomendación se basa en los 4 pies 9 pulgadas –144,78 cm– que la Asociación Americana de Pediatría continúa indicando como estatura límite para que los niños puedan comenzar a usar el cinturón de seguridad del propio vehículo.
Por debajo de esta medida, la banda superior del cinturón de seguridad queda demasiado cerca del cuello y la inferior, en lugar de pasar por encima de los huesos de la pelvis, se desliza hacia el estómago, con el grave riesgo de producir lesiones abdominales en caso de siniestro –la segunda lesión más común en menores que usan el cinturón de seguridad, tras las lesiones en la cabeza–. La AAP se reconfirma en que los niños de más edad –hasta los 4 pies 9 pulgadas– que continúan usando SRI tienen un 45% menos de probabilidad de sufrir lesiones graves y un 28% menos de riesgo de muerte que los niños de estatura igual que usan directamente el cinturón de seguridad del vehículo, instando a los pediatras a que orienten a los padres en este sentido.
Menores de 13 años, mejor en los asientos traseros
La AAP advierte de que a medida que los niños mayores empiezan a usar el cinturón de seguridad, aumenta la probabilidad de que sus padres les permitan viajar en el asiento delantero del vehículo, aumentando así el riesgo general de lesiones en caso de siniestro. No es una simple suposición, sino resultado de las investigaciones realizadas por la Asociación Americana de Pediatría conjuntamente con la NHTSA, basadas en estudios y seguimiento de siniestros viales en los que se ven involucrados los asegurados de las aseguradoras de automóviles más importantes de Estados Unidos. Estos estudios han determinado que aquellos estados norteamericanos donde la normativa de materia de seguridad vial infantil alcanza a los niños mayores de 8 años, la siniestralidad infantil es mucho menor. Este resultado es el que ha animado a la AAP a recomendar que hasta la adolescencia o 13 años –edad que los menores permanecen en atención pediátrica en Estados Unidos–, los menores continúen ocupando los asientos traseros en sus desplazamientos en coche.
Más información en:
http://pediatrics.aappublications.org/content/early/2018/08/28/peds.2018-2460#ref-7