El pasajero puede ser de gran ayuda si se ocupa de todo aquello que no sea la conducción: observaciones puntuales para mantener el nivel de alerta, atender a los niños, responder al teléfono… Pero también todo lo contario si, por ejemplo, mantiene una discusión acalorada con el conductor.
Una discusión al volante con nuestro acompañante reduce la atención del conductor un 26%, lo que equivale a ir en el coche con más de 0,5 gramos de alcohol en sangre. Es el resultado del estudio ZEN DRIVING de Prevensis, elaborado con la finalidad de demostrar que detrás de cada accidente hay un componente emocional incontrolado.
Medido el impacto real de las principales distracciones al volante, los factores que más alteran al conductor son, por este orden: una discusión por el móvil (41%), un altercado con otro conductor (37%) y una conversación tensa con el acompañante (26%). Además, se demuestra que los conductores alterados multiplican por 2,5 el número de multas que reciben.
Los separados corren más
El perfil común más positivo es el de un hombre casado de entre 37 y 50 años, aunque el estudio deja patente que el verdadero control emocional se alcanza a partir de los 55. Por el contrario, el perfil común negativo sería el de un varón de 32 años, aunque los más impulsivos son los jóvenes menores de 25. El estado civil también influye en nuestras emociones y a la hora de conducir, siendo los solteros los más despistados y los separados, lo más apresurados.
El estudio también establece un ranking del enfado. Lo que más altera al conductor, por este orden, es: tener un vehículo por detrás muy pegado, los atrascos, las prisas por llegar, los coches que intentan colarse en una incorporación, los coches que van muy despacio y los vehículos que no facilitan las incorporaciones o cambios de carril.
Practiquemos la conducción ZEN
Por último, el estudio indica una serie de pautas y técnicas que ayudan a una conducción más tranquila y segura.
1.- Tómese su tiempo. No corra y relájese. Si necesita llegar a una hora, prográmese para salir más temprano. Que va con el tiempo justo, no se preocupe. El tráfico y los semáforos no van a desaparecer. Así que, relájese. Conduzca como si tuviera todo el tiempo del mundo. Si llega tarde, por los menos habrá tenido un paseo agradable.
2.- Sincronícese con el tráfico. En las ciudades el tráfico se mueve como los bancos de peces. No intente ir contra corriente porque, o cometerá infracciones o enfadará al resto de conductores. ¿Atasco o caravana? Respire y relájese. Incluso tendrá la sensación de que llega más rápido.
3.- Apague el “parte”. ¿Por qué escuchar entrevistas, discusiones o malas noticias? ¿Por qué le distraen del tráfico? Pues no hay nada de terrible en lo que está haciendo. Al contrario, no debería prestar atención a otra cosa.
4.- Respire profundamente. Sienta cómo aumenta su viente y su pecho con cada respiración. Cuente cada inhalación y cada exhalación hasta diez. Esta es la esencia del Zazen (meditación Zen) y le ayudará a mantener la calma.
5.- Mire sus manos en el volante. ¿Las está apretando? Demasiada tensión. Solo necesita agarre suficiente como para controlar el volante, ni más ni menos.
6.- Observe al resto de conductores. ¿Cómo conducen los demás? ¿El de delante pisa el freno cada dos por tres? ¿El de atrás va apurado? ¿El conductor de la izquierda parece confundido? Olvídese de prisas y disfrute del placer de conducir.
7.- Sea agradecido. ¿Se da cuenta de que no todo el mundo tiene coche? ¿Está contento del confort y la seguridad que le da su vehículo? Más importante aún, ¿no está agradecido de estar vivo y lo suficientemente sano como para conducir?
8.- No responda a la ira. El conductor de detrás suyo le está apurando, casi frenético. Déjele pasar. No deje que le contagie su negatividad.
9.- Sonría. Siéntase feliz de haber dejado pasar al conductor del ejemplo anterior. Sonría, acaba de contribuir a descargarle un poco de estrés.
10.- Conduzca eficientemente. Practicando la conducción Zen no solo disfrutará más de conducir, su coche sufrirá menos fallos mecánicos y, a nivel de combustible, lo notará su bolsillo.
SABÍAS QUÉ…
El Reglamento General de Circulación, en su artículo 18 OBLIGACIONES DEL CONDUCTOR, indica que: 1. El conductor de un vehículo está OBLIGADO a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá CUIDAR ESPECIALMENTE de MANTENER LA POSICIÓN ADECUADA y que la MANTENGAN EL RESTO DE LOS PASAJEROS, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos. Según esto, el conductor es el responsable de que todos los pasajeros mantengan una adecuada colocación en el coche, por lo que la sanción está bien ajustada al reglamento. Se trata de una infracción tipificada como LEVE, que no quita puntos y que el mismo reglamento sanciona con un importe de hasta 100€. Así que, pídale a su pareja que baje los pies, pero con cariño para que eso no se convierta en motivo de discusión.