El Ministerio de Transporte ha anunciado que los conductores condenados por delitos relacionados con consumo de alcohol tendrán la opción de instalar en sus vehículos este dispositivo, como alternativa a la prohibición de conducir.
Los alcolocks son un dispositivo electrónico conectado al sistema de encendido electrónico del coche. Para poner el marcha el motor, el conductor tiene que realizarse un autocontrol de alcoholemia. Si el resultado es positivo, el coche no arranca. El bloqueador dispone además de un módulo que registra todos los intentos de arrancar –fechas y horas– y niveles de alcohol y, mediante tecnología GPS, permite el control y seguimiento de todos los conductores condenados por alcoholemia. En Estados Unidos, Canadá y Australia es obligatorio para todos los conductores que, de forma reincidente, han conducido bajo los efectos del alcohol. En Europa su uso está muy extendido en siete países –Finlandia, Suiza, Suecia, Bélgica, Holanda, Reino Unido y Francia– con distintas particularidades, dependiendo del caso. Cada país tiene su propia legislación al respecto, pero por normativa de la Unión Europea, todos los conductores que por condena conduzcan vehículos dotados de alcolocks disponen de un permiso de conducir restringido que incluye un código –el 69– que les identifica como conductores sujetos al sistema.
Austria es el octavo país de la Unión Europea que introduce el programa de alcolocks como medida de vigilancia y control de conductores con antecedentes de alcoholemia. La medida, aprobada en junio y que entrará en vigor el 1 de enero de 2017, permitirá que las personas condenadas por alcoholemia puedan optar voluntariamente por la instalación de estos dispositivos en sus vehículos como alternativa a la prohibición de conducir. El coste del alcolock lo asumirán los propios conductores y será de 2.500 euros por año, más los gastos administrativos que ocasione la emisión del nuevo permiso de conducir. Según el Ministerio de Transporte, en Austria se retiran 26.000 carnés de conducir al año por infracciones de este tipo, por lo que se estima que la demanda de alcolocks será muy alta, sobre todo entre las personas que dependen de sus vehículos para trabajar.
En España no existe ninguna normativa sobre alcolocks aunque, ante la posibilidad de un futura regulación, el sistema aparece mencionado en el artículo 83.8 sobre revisiones de suspensión de ejecución de penas del nuevo Código Penal.