La Asociación Española de la Carretera lo tiene claro: el 23% de los siniestros con víctimas podrían evitarse, lo que salvaría la vida de, al menos, 235 personas al año. ¿Cómo? Mediante el refuerzo de la señalización, la adecuación de trazados, la eliminación de obstáculos en los márgenes, etc., etc., etc…
Según los datos de la Dirección General de Tráfico, el 76% del total de fallecidos y el 79% de heridos hospitalizados a consecuencia de siniestros viales se registraron en carreteras convencionales, las mal llamadas secundarias. Por contra, el estado actual de conservación de estas vías parece seguir estando a la cola de las preocupaciones políticas, lo que vienen denunciando hasta el “aburrimiento”, pero sin resultado alguno, todas y cada una de las asociaciones de seguridad vial. Mala y anticuada señalización, pavimentos con grietas, deformaciones y baches, obstáculos laterales, la seguridad vial en muchos tramos de nuestra red convencional no solo es deficiente, podría calificarse de deplorable.
Con el objetivo de conocer el estado general de pavimentación y equipamiento, así como de determinar las inversiones mínimas necesarias para alcanzar niveles de servicio adecuados, la Asociación Española de la Carretera (AEC) viene realizando desde 1985 Campañas de Inspección Visual de la Red Viaria cuyos resultados arrojan que, en la actualidad, nuestras carreteras se enfrentan a un deterioro sin precedentes que ponen en riesgo, no solo la comodidad, también nuestra seguridad vial. Una situación que, para darle la vuelta, requeriría una inversión mínima de 6.200 millones de euros, déficit que acumula el mantenimiento de nuestras infraestructuras viarias.
Plan Específico de Seguridad Vial en carreteras convencionales
En este contexto, en el que el número de siniestros en carreteras convencionales no solo no disminuyó en 2014, si no que se saldó con 16 fallecidos más, para la AEC urge poner en marcha de forma inmediata un Plan Específico de Seguridad Vial en carreteras de un carril por sentido. El Departamento Técnico de la Asociación Nacional de la Carretera apunta las líneas prioritarias que debería recoger este plan que se estructuraría en tres ejes estratégicos: características de la vía y su entorno, coexistencia de tráficos heterogéneos y control del cumplimiento de las normas.
Dentro de cada uno de estos ejes se contemplan acciones como:
- Programa de “carreteras que perdonan” los errores de los usuarios: refuerzo de la señalización, adecuación de trazados, implantación de sistemas de alerta de peligro, eliminación de obstáculos en los márgenes, reducción de pendientes laterales y, en su caso, instalación de sistemas de contención apropiados para todos los usuarios.
- Inspección de seguridad vial de todas las intersecciones de la red viaria convencional, a fin de mejorar accesos, señalización y visibilidad, y optimizar pendientes.
- Construcción de “carreteras 2+1”, en las que cada sentido de circulación alterna la existencia de un carril adicional durante un número determinado de kilómetros, a fin de eliminar el riesgo de choque frontal o frontolateral como consecuencia de adelantamientos.
- Reducción de los desplazamientos nocturnos de peatones, proporcionando alternativas de transporte y realizando una fuerte labor de concienciación, sobre todo en municipios pequeños.
- Diseño de itinerarios seguros para ciclistas, a fin de que puedan circular en carreteras con un arcén de anchura suficiente.
- Restricciones obligatorias a la circulación de vehículos pesados en determinados tramos de carreteras convencionales con problemas de siniestralidad, siempre que exista una alternativa de alta capacidad.
- Aumento de la presencia policial en vías convencionales de forma aleatoria, con el propósito de evitar conductas recurrentes de incumplimiento de las normas, al tiempo que se consigue el máximo aprovechamiento de la tecnología móvil de control de velocidad.
Impacto del Plan sobre la siniestralidad vial
Cada una de estas medidas, asociadas a otras políticas globales de conductas seguras y la modificación de los límites máximos de velocidad que se contemplaban introducir en el nuevo Reglamento General de Circulación que, al final, parece que no va a aprobarse, tendrían una alta efectividad a la hora de reducir la siniestralidad vial.
De acuerdo con las estimaciones recogidas en el análisis realizado por la Asociación Española de la Carretera, la implantación de este Plan podría reducir en un 23% el número de siniestros con víctimas (lo que supondría 235 fallecidos menos, respecto al balance de siniestralidad 2014). Y eso en el escenario más pesimista, ya que la hipótesis más optimista se sitúa en 585 muertos menos y una reducción del 53% de los siniestros viales graves.
Impacto sobre los accidentes con víctimas | Impacto sobre las víctimas mortales | |||
Accidentes con víctimas que se podrían evitar | % respecto al número actual | Víctimas mortales que se podrían evitar | % respecto al número actual | |
Hipótesis pesimista | 6129 | 23% | 235 | 25% |
Hipótesis conservadora | 10037 | 38% | 399 | 42% |
Hipótesis optimista | 13946 | 53% | 585 | 62% |
Fuente: Asociación Española de la Carretera
Más información en www.aecarretera.com