El fiscal de Seguridad Vial en Sevilla, Luis Carlos Rodríguez León, ha considerado este martes que ha quedado «suficientemente probado» que el extorero José Ortega Cano iba ebrio y circuló de forma temeraria, e incluso como lo haría «un loco», antes del accidente que le costó la vida a Carlos Parra, por lo que ha elevado a definitiva su petición de cuatro años de cárcel para el acusado por un delito de homicidio imprudente en concurso con dos delitos contra la seguridad vial.
El juicio celebrado durante cinco sesiones en el Juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla ha quedado este martes visto para sentencia poco antes de las 21,00 horas y después de que tanto el fiscal como las acusaciones particulares hayan expuesto sus informes finales y hayan elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, solicitando para Ortega Cano cuatro años de prisión, mientras que su abogado defensor, Enrique Trebolle, ha interesado su libre absolución.
En el informe final del representante del Ministerio Público han destacado sus frases finales, cuando ha puesto de manifiesto que el juicio «no era necesario», pues «bastaría» con que el acusado «reconociera que se ha equivocado, que cometió un error y pida perdón de verdad a la familia, no en la prensa», tras lo que «se va a cumplir la pena con dignidad y no con pitos».
Antes, el representante del Ministerio Público se ha referido a la nulidad planteada por la defensa respecto a la prueba de alcohol en la que el acusado dio una tasa de 1,26 gramos de alcohol por litro en sangre, señalando que «no hay razón» para anular dicha prueba, pues entiende que ni se ha vulnerado el derecho a la intimidad por haberse hecho la prueba sin el consentimiento del imputado ni tampoco «cuestiones procesales» por «falta de motivación».
El fiscal ha analizado, tras ello, el delito contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos del alcohol, el cual, a su juicio, ha quedado probado a través de las testificales practicadas en el juicio por «quienes dicen haberlo visto en estado ebrio», en especial con los dos camareros del Hotel La Alquería de Burguillos que aseguraron que iba «tambaleándose» y que se pidió un Ballantine con coca-cola en copa de balón, cuyo testimonio «fue claro y contundente».
Fuente: Europa Press