De todos es sabido que el frío influye considerablemente en el funcionamiento de la batería. Pero el calor también, y mucho. El uso continuado, o a máxima potencia, del aire acondicionado y ese “pequeño vicio” de no desconectar el aire antes de apagar el motor, puede darnos un buen susto en el momento de volver a arrancar.
Según el Barómetro de Averías del RACE (enlazar con https://www.race.es/notas-de-prensa/el-barometro-de-averias-del-race) del verano 2016, más del 23% de las asistencias en carretera fueron por un fallo de la batería, siendo la avería más frecuente en los meses de calor. Las altas temperaturas son la causa, debido al uso intensivo del aire acondicionado. De hecho, en la actualidad ya se sustituyen más baterías durante los meses de verano que en invierno aunque, sin duda, lo más grave es que se nos “muera” en plenas vacaciones. Y más, porque esto no ocurre de repente y, hasta quedarse “K.O”, va dando abundantes señales de advertencia: la primera y más evidente es que en el panel de instrumentos se mantendrá encendida la lucecita del visor de fallo; la segunda, ese pequeño chasquido que se oye en el momento del arranque o que el motor no se ponga inmediatamente en marcha. Si es el caso, no te arriesgues a emprender un viaje en estas condiciones y pasa antes por el taller.
Recuerda siempre que la vida útil de tu batería es “finita” y suele oscilar entre los 3 y 5 años, dependiendo del uso que le demos al coche y del mantenimiento del mismo. La batería de un coche que “duerme” a la intemperie en invierno “sufre” mucho más que la de los resguardados en garaje. En la duración de la batería también influye mucho si el vehículo permanece parado largos periodos de tiempo. Algo práctico es hacer un pequeño recorrido con el coche, al menos una vez por semana, para permitir que la batería se recargue. La mayoría de las baterías actuales ya no necesitan un control del nivel de los vasos, pero su superficie debe de estar siempre limpia y seca, incluyendo los bornes. En cualquier caso, lo más aconsejable es hacer una revisión previaje. En el taller comprobarán su estado y es en el único lugar dónde podrán asesorarte de si necesitas un cambio de batería.
En viajes largos, cuando no vamos a tener al alcance nuestro taller de confianza, valora incluir en tu kit de emergencias del coche un arrancador de batería. No es lo mismo que un cargador –que como su propio nombre indica, nos sirve para hacer recargas de vez en cuando, cuando nuestra batería está baja o cargarla poco a poco si aparentemente está “muerta”–. El arrancador, por contra, funciona exactamente igual que si conectamos nuestra batería a una segunda mediante unos cables apropiados, es decir, suministrará la energía suficiente para que nuestro vehículo arranque, tomando la energía de la batería de asistencia del arrancador. No es un accesorio barato, pero en estas fechas de rebajas lo encontrarás con importantes descuentos que harán que merezca la pena su compra. Aunque insistimos, lo idóneo es hacer un buen mantenimiento del coche. Y más si piensas salir de viaje con él.