Seguir el plan de mantenimiento recomendado por el fabricante es la mejor garantía para prolongar la vida de nuestro vehículo, reducir el riesgo de averías y, lo más importante, evitar un siniestro vial fatal por fallo mecánico.
Excluyendo revisiones de mantenimiento, uno de cada tres conductores necesitó llevar su coche al taller por un fallo mecánico en 2015. Según el Observatorio Español de Conductores DUCIT, que elabora RACE, más de medio millón de vehículos circulan sin haber pasado ningún tipo de revisión periódica y otros 5 millones de turismos estarían retrasando las operaciones de mantenimiento muy por encima de los plazos recomendados. Esto se traduce en que, en cuanto empieza el calor, se dispara al alza el número de averías y, en consecuencia, se multiplica el riesgo de sufrir un siniestro vial derivado de un fallo mecánico.
No es para tomárselo a broma. Las revisiones deben ser periódicas y, de cara al verano, si se prevé hacer un viaje largo, el chequeo del coche tiene que ser exhaustivo. Y la mejor forma de hacerlo es llevando el vehículo a un taller, donde los especialistas lo revisarán a conciencia. Estos son los principales elementos que hay que verificar:
- Nivel de líquido de frenos, aceite, limpiaparabrisas, dirección y refrigerante/anticongelante .
- Alumbrado en correcto funcionamiento y altura de faros (recuerda que es obligatorio llevar en el coche un juego de luces de repuesto).
- Carga de batería. Un mal funcionamiento del circuito de arranque puede jugarte una mala pasa y arruinar tus vacaciones.
- Estado de los frenos, revisión que debe hacerse por profesionales cualificados y con el equipamiento necesario para asegurar una operación de mantenimiento perfecta.
- Estado de la dirección, sin holguras o agarrotamientos que puedan producir un desgaste anormal de los neumáticos, mal guiado del vehículo o una frenada inadecuada.
- Estado de bujías, cables y filtros, además de escobillas limpiaparabrisas.
- Y los neumáticos, fundamental, revisar el estado de los neumáticos. Las ruedas son un elemento vital para nuestra seguridad por lo que retrasar su cambio es una auténtica temeridad.
No olvides que un coche en buen estado, facilitará tu capacidad de respuesta ante cualquier imprevisto o incidente que te surja en la carretera.