A partir del 1 de enero de 2015, el centro de Madrid quedará cerrado al tráfico, ampliándose la zona de Área de Prioridad Residencial (APR)
al eje comercial de Sol y Gran Vía.
Lejos de lo que parece, los vecinos y comerciantes están de enhorabuena. Era una reivindicación antigua que habían incluso escenificado con su famoso Espantacoches.
Está siendo una de las noticias de la semana: el centro de Madrid se cerrará al tráfico el 1 de enero de 2015. En desarrollo de su política de movilidad y ampliación de peatonalización del casco histórico, el ayuntamiento de la capital aumenta el Área de Prioridad Residencial (APR) a los barrios de Sol y Palacio, donde solo podrán circular los coches de los residentes.
La trascendencia de esta medida no es únicamente local. Al tratarse de la zona comercial, cultural y de ocio por excelencia de Madrid, la noticia no ha revolucionado solo a los madrileños, si no al resto de españoles que visitan con más o menos frecuencia la capital. Desde enero solo podrán acceder al centro con el coche si van a aparcarlo en unos de los 13 aparcamientos que hay dentro del perímetro. Para verificar que vas a aparcar realmente, el ayuntamiento cotejará las matrículas de los vehículos mediante cámaras de vigilancia. Y el que haya circulado por el área restringida y no haya aparcado, será sancionado con una multa de 90 euros.
El sistema es conocido en Madrid, dado que ya existe desde hace unos años en los barrios de Embajadores y Cortes. A ningún madrileño se le ocurre aventurarse por esta zona con el coche por el riesgo de que una vez llegados al parking, éste esté lleno. La sanción es recurrible en este caso concreto, pero la molestia mayor que acceder a la zona caminando o en transporte público. Por estas calles solo pueden circular libremente residentes, autobuses y taxis, servicios de emergencia, servicios de carga y descarga y las motocicletas entre las 7 y las 22 horas. Incluso, los hoteles tienen que registrar los coches de sus clientes.
Antes de entrar en un Área de Prioridad Residencial (APR) te encontrarás con esta señal. Si no eres residente, solo puedes pasar con el coche para aparcar en un aparcamiento.
Nuestro consejo: antes de entrar, comprueba en tu mapa o navegador dónde se encuentra el parking público y por dónde se accede al mismo. No callejees a la aventura por un APR buscando aparcamiento o nadie te librará de la multa.
Madrileños, asociaciones de vecinos y de comerciantes, felices
¿Un horror? Si piensas esto, debes ir planteándote empezar a cambiar de mentalidad y, sobre todo, a no depender tanto del coche. Porque, salvo excepciones, en esta ocasión bien se puede decir eso de que todo el mundo está encantado. El cierre al tráfico del centro de Madrid era una promesa electoral antigua de prácticamente la totalidad de los partidos políticos, dentro de sus estrategias de movilidad y medio ambiente, que se ha ido retrasando y que hoy es realidad gracias a las presiones vecinales.
Cansadas ya de promesas incumplidas, en diciembre de 2009 las asociaciones de Justicia, Letras, Palacio, Embajadores y Universidad se unieron y crearon el ESPANTACOCHES, un muñeco de cuatro metros de altura y una cola de ocho metros que se ha paseado por el centro de Madrid “espantando coches” en divertidos pasacalles. En estas divertidas manifestaciones reivindicativas se repartían las “Diez razones para no venir en coche al centro”, que poco a poco han ido calando en los madrileños grandes y pequeño, y que ahora resumimos para el resto:
- Venir en coche al centro de Madrid es caro por la gasolina, por el aparcamiento, por el riesgo de multas y desperfectos en el coche.
- Para la ciudad es un despilfarro económico y energético.
- Es perder el tiempo y sufrir atascos interminables.
- Te produce estrés y con el cabreo te aumenta la presión arterial.
- Venir en coche al centro de Madrid empeora tu salud física y psíquica.
- Aumenta la contaminación del aire que tú y tu familia respiráis.
- Contribuyes al efecto invernadero, al calentamiento del planeta y a la catástrofe medioambiental que nos amenaza. Madrid ha superado demasiadas veces los límites establecidos por la UE.
- Con el ruido contribuyes también a la contaminación acústica. El ruido de las bocinas y motores se adueña de la ciudad. Los decibelios crecen. Por eso Madrid es una de las ciudades más ruidosas del mundo. Y el ruido provoca irritación. Y de nuevo se resiente tu salud.
- A ti también te gusta pasear y comprar por el centro de Madrid sin la amenaza de los coches. Lo demuestra el éxito de los espacios peatonales.
- Piensa en nosotros, en todos los que vivimos y trabajamos en el centro de Madrid. En los niños, los ancianos, las personas con discapacidad…
Leído esto último, ¿aún te vas a resistir a ir al centro en transporte público?