Latin NCAP y las organizaciones de consumidores de cada país latinoamericano solicitan a los fabricantes de automóviles adherirse a un Código de Ética para que todos los coches vendidos en América Latina cumplan los mismos requisitos de seguridad que los vendidos en Europa y Estados Unidos.
Si un coche que ha obtenido 0 Estrellas en ensayos de seguridad, que es imposible venderlo en Estados Unidos e ilegal continuar fabricándolo en Europa, ¿por qué es posible venderlo en América Latina? Una respuesta es que los fabricantes de automóviles se aprovechan de la debilidad normativa de muchos países latinoamericanos para producir coches con dos estándares diferentes de seguridad en función de los mercados finales: un coche seguro para Estados Unidos y Europa y el mismo modelo, más inseguro –sin airbags o frenos antibloqueo (ABS), por ejemplo–, para América Latina. Esto les permite mantener sus altos márgenes de ganancias a costa de la seguridad de la población latinoamericana.
La respuesta que dan los fabricantes es que cada elemento de seguridad que se incorpora a un coche encarece el precio final del vehículo, convirtiéndolo en un producto inaccesible para muchas personas en países en vías de desarrollo. Así las cosas y como en su día dijo un representante de General Motors, no instalar de serie airbags en países donde la legislación no obliga, permite que personas de bajos recursos económicos puedan disponer de coche. ¡La seguridad como pura mercancía!
Y una última respuesta nos la darían los propios compradores y/o usuarios de automóviles, poco acostumbrados a recibir información independiente sobre seguridad del automóvil, más allá de la que ofrece el propio fabricante –que es parte interesada por tratarse del propio vendedor–.
El último informe de Global NCAP y el Banco Interamericano de Desarrollo estima que la adopción de regulaciones que exijan sistemas de seguridad como equipamiento de serie y no como extras u opcionales –concretamente airbags, sistema antibloqueo ABS y Control Electrónico de Estabilidad ESC– podrían llegar a evitar hasta 40.000 muertes y 400.000 lesiones graves durante los próximos 15 años, lo que supondría un ahorro de 143 mil millones de dólares a las economías latinoamericanas.
Y es dentro de este contexto en el que Latin NCAP ha lanzado la campaña #EXIJOAUTOSEGURO dirigida: por un lado, a los gobiernos latinoamericanos, solicitándoles una normativa de seguridad vial más exigente; a los fabricantes de vehículos, a los que se invita a sumarse a un Código de Ética que impida fabricar y comercializar coches 0 Estrellas con ninguno de los sistemas de seguridad recomendados por la ONU –airbags, ABS, ESC o pretensores en los cinturones de seguridad–; y a toda la población en general, para que a la hora de comprar un vehículo tenga en cuenta también su seguridad.
La campaña cuenta con el apoyo de todos los Programas de Evaluación de Automóviles Nuevos (NCAP), el ADAC alemán y la NHTSA norteamericana, además de la Alianza Stop the Crash, Bloomberg Philanthropies y FIA Foundation
Más información en http://www.latinncap.com/exijoautoseguro/