“El uso del actual pictograma en las etiquetas de los medicamentos que interfieren en la conducción es ineficaz y debe revisarse”, así concluye un estudio publicado en el British Journal of Clinical Pharmacology. A la misma conclusión ha llegado aquí en España un estudio pionero de la Universidad de Valladolid: “por sí solo, el pictograma no está siendo una herramienta útil para reducir accidentes”.
El pictograma que incluyen las etiquetas de los medicamentos que interfieren en la conducción no sirve para nada si el paciente no recibe una información adicional adecuada. Porque, según Carmen Cociña, miembro de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria y coautora del “Documento de consenso sobre fármacos y conducción”, en España nos encontramos con que el 75,6% de los pacientes no recibe ningún tipo de información sobre los efectos de su medicación a la hora de conducir y ello sin contar ese 25% de la población que se automedica sin conocer los riesgos que supone conducir bajo el efecto de determinados fármacos.
Que el uso aislado del pictograma no reduce el riesgo de ser responsable y/o víctima de un siniestro de tráfico es la conclusión de un estudio publicado en septiembre de 2016 por la revista British Journal of Clinical Pharmacology, dirigido por doctores de la Universidad de Burdeos (Francia). Misma conclusión a la que llega la tesis doctoral Pictograma “Medicamentos y conducción”: comprensión, aceptación y legibilidad del doctor Ignacio José Ayestarán, de la Universidad de Valladolid. “El pictograma que incluyen las cajas de medicamentos tiene la finalidad de advertir del riesgo que puede producir su uso para la conducción, luego solo es útil si el usuario lo entiende –explica el doctor Ayestarán–. El objetivo de mi tesis era conocer el grado de legibilidad y comprensión del símbolo”.
Ayestarán contó para realizar su trabajo con la participación de 1.169 conductores a los que se les presentó cinco medicamentos con el pictograma impreso en su cartonaje y posteriormente se les realizó un cuestionario basado en estudios previos al que se añadió de forma pionera preguntas sobre tipos de tipografía, modelos y tamaños de letras, para determinar si la información del pictograma era más o menos legible. El resultado: solo un 51,8% de los entrevistados entendía perfectamente el significado de símbolo; del resto, un 43,1% lo comprendía de forma errónea e, incluso, un 4,4% le daba un significado totalmente opuesto, es decir, entendía que el medicamento no interfería en la conducción. En opinión de Ayestarán, “hay que tener en cuenta que se trata de un símbolo complejo comparado con otros de uso cotidiano, que el paciente puede llegar a entender como que aconseja, en lugar de que advierte”.
Ayestarán opina que, a diferencia de otras señales relacionadas con el tráfico, el pictograma de medicamentos y conducción no transmite un mensaje completo y solo puede considerarse un resumen que debe acompañarse de información verbal. Su afirmación se basa en la respuesta de los encuestados que, en el caso de tener que tomar la medicación durante un periodo de tiempo prolongado: el 34,5% seguiría conduciendo con frecuencia; un 23,3% disminuiría la frecuencia de la conducción y solo un 12,6% dejaría de conducir. El pictograma sirve únicamente si el paciente recibe la información adecuada por parte de su médico o de su farmacéutico.
La semana pasada el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y la Dirección General de Tráfico firmaban un protocolo de prevención de siniestros viales relacionados con los medicamentos en el que, entre distintas actuaciones, se incluye la elaboración de una guía de formación y de intervención del farmacéutico en la dispensación de medicamentos que puedan interferir sobre la capacidad de conducción. El protocolo también incluye la constitución de una Comisión de Seguimiento a la que el sector sanitario llevará la petición de que se incremente la lista de medicamentos que interfieren en la conducción y que en ella se incluyan plantas medicinales como valeriana, lúpulo, melisa y parsiflora, todas ellas con efectos depresores del sistema nervioso central.