Volkswagen lanza una nueva marca enfocada al negocio de coche compartido: MOIA. A diferencia de Emov, del grupo PSA, que usa su Citroen C-Zero de 4 plazas para su servicio de car-sharing eléctrico, Moia tendrá modelos fabricados específica y exclusivamente para la marca.
Desde la aparición y socialización del automóvil privado, la industria automotriz nunca se había enfrentado a decisiones tan trascendentales como difíciles. La tecnología ha cambiado radicalmente el paradigma de uso de los consumidores y los fabricantes se están viendo obligados a reinventarse rápidamente para adaptarse a las nuevas demandas de movilidad. De todos los escenarios futuros posibles, la industria del automóvil se había aferrado en la última década a que el consumidor seguiría apostando por el coche como propiedad privada, por lo que siguieron invirtiendo en el desarrollo de nuevos vehículos más cómodos y seguros, incorporando cada vez más tecnologías avanzadas. Pero el crecimiento de demanda de servicios de acceso compartido a los vehículos, con un coste por kilómetro de ganga comparado con el coste kilómetro de coche privado, y una forma de viaje más conveniente y sustentable, está revolucionando este modelo obligando a los fabricantes a adaptarse o, quién sabe, si a morir.
A día de hoy, parece que la guinda del negocio se la quedarán las empresas de gestión de la movilidad. Esto no es nuevo para los fabricantes de coches que, aunque con reticencias, ya habían visto en esta área una oportunidad de expandir sus marcas. General Motors, Ford o Toyota fueron los primeros en apuntarse al negocio de coche compartido. De hecho y en apenas un mes, PSA Peugeot-Citroën ha conquistado las calles de Madrid con Emov, una flota de 500 Citroën C-Zero que se ha sumado a la oferta de 500 Smart de Car2Go, de la factoría Daimler. En 2017, es Volkswagen la que se lanza al car-sharing con MOIA.
MOIA empezará a operar en breve en Hamburgo, ciudad alemana con la que ha firmado un contrato de tres años, utilizando una flota de vehículos del Grupo VW ya existente. En su estrategia de negocio tiene previsto llegar a otras ciudades europeas, entre ellas Madrid, en el segundo semestre de 2017. Pero MOIA no nace para competir con otras empresas de car-sharing como Car2Go, Emov o el Cité Lib de Toyota que triunfa en Francia, sino que en su escalofriante plan de negocios está plantarle batalla a Uber, estableciendo sus propios servicios de car-pooling bajo demanda.
A diferencia del car-sharing, en el car-pooling, los usuarios comparten tiempos y rutas con el propietario del vehículo. El beneficio más obvio es la reducción de gastos para cada usuario, por eso se le conoce como movilidad colaborativa. La estrategia de MOIA es, por tanto, competir con Uber y complementar el transporte público. Para ello, MOIA tendrá modelos fabricados específicamente para la marca, diseñados y fabricados ajustándose a las especificaciones del servicio que quiere ofrecer: vehículos que dispondrán desde seis a doce plazas y cuyos prototipos empezarán a presentarse en 2017.
Por supuesto, en todos los casos hablamos de movilidad eléctrica, aunque Volkswagen pretende dar un paso más hacia la conducción autónoma, asegurando en su plan de expansión que para 2025 todos los vehículos MOIA serán capaces de circular sin conductor, adaptándose a la perspectiva de los nuevos modos de transporte.