En 2013 se llamó a revisión a casi 4 millones de vehículos en todo el mundo por posibles defectos de sus airbags. La semana pasada, la NHTSA (Administración de Seguridad en el Tráfico por Carretera) alertó de que otros 8 millones de coches tendrán que pasar por revisión solo en Estados Unidos por el riesgo de que circulen con airbags defectuosos. Son los airbags de Takata Corp, multinacional japonesa, proveedora de las marcas Toyota, Honda, Mazda, BMW, Nissan, Mitsubishi, Subaru, Chrysler, Ford y General Motors.
Pese a la alerta, no hay que alarmarse. Los airbags Takata no han ocasionado ninguna víctima mortal, ni lesiones de gravedad a causa de su mal funcionamiento. El problema registrado es que, en al menos cinco incidentes de tráfico, el airbag del acompañante se activó con demasiada fuerza, llegando a desprender pequeñas piezas de metal potencialmente peligrosas. Este problema ni siquiera ha conseguido reproducirse en pruebas de impacto controladas, pero aún así en 2011 la japonesa Takata concluyó que los airbags podían fracturarse por la baja densidad de material usado en su fabricación. Eso sí, solo en determinadas unidades de serie montadas en algunos de los modelos de coches de las marcas para las que trabajan como proveedores: Toyota, Nissan, Honda y BMW, entre otras.
Desde entonces han pasado más de 4 millones de vehículos por revisión. Entre 2013 y 2014, Toyota, por ejemplo, ha sustituido el airbag del acompañante a casi 2 millones de coches: 490.000 en Europa y, de ellos, 19.000 en España de sus modelos Avensis, Corolla y Yaris. A comienzos del verano, BMW llamó a revisión a 1,6 millones de unidades de su modelo Serie 3 E46 fabricado entre 1999 y 2006, extendiendo la revisión lanzada en 2013 y que se calcula alcanzará a cerca de 340.000 coches en España a su finalización. Lanzada la alerta de la NHTSA, todavía no se ha hecho público a qué modelos les tocará pasar a partir de este momento por revisión, pero se calcula que será el fabricante Honda el peor parado, con más de 5 millones de vehículos en todo el mundo. El mayor problema al que se enfrenta ahora el sector es que no hay airbags suficientes para tantos coches y que las sustituciones tendrán que ir haciéndose de forma progresiva y escalonada.
Las revisiones, más comunes de los que parecen
Este es un caso excepcional por el millonario número de coches al que afecta, pero las llamadas a revisión por “defectos de fábrica” están a la orden del día. Comprometidos con la seguridad, los fabricantes de vehículos someten sus coches a más controles de calidad cada vez. Se buscan constantemente las anomalías y se trabaja en las soluciones. Según el Instituto Nacional de Consumo, solo en 2013, cerca de 180 modelos tuvieron que pasar por el concesionario para reparar “defectos de fábrica”. Pero eso no significa que la revisión tenga que hacerse a todas las unidades de un modelo. El “fallo” o la “avería” alcanza únicamente a un número concreto de vehículos de cada serie después de que, tras un largo protocolo de investigación, se concluye que esos coches tienen un problema común que se repite.
¿Y cómo se entera el dueño del coche?
Lo más común es que el fabricante del coche te remita una carta a través de tu concesionario. Aunque no te sorprendas si la DGT también te lo comunica por escrito, puesto que los fabricantes recurren a Tráfico cuando por cambio de domicilio o de dueño del vehículo no pueden localizar al propietario.
Existen tres niveles de actuación en función de la emergencia de la revisión. Si ésta no afecta a la seguridad y funcionalidad del coche, no se envía carta y solo se avisa a la red de talleres para que cuando el coche pase por el taller se le efectúe la revisión. Cuando el problema afecta a la funcionalidad del vehículo, se comunica la alerta al Instituto Nacional de Consumo y a los propietarios, por escrito, como explicábamos antes. Y solo cuando el fallo puede afectar a la seguridad de los ocupantes del coche, además de la comunicación directa, se lanza una campaña de comunicación masiva como ha hecho la NHTSA en Estados Unidos con los airbags de Takata.
¿Y yo qué hago cuando reciba la carta?
Lo primero que hay que hacer es ponerse en contacto con el concesionario y taller oficial y allí nos indicarán cuándo y dónde repararán nuestro coche. Los fabricantes ya estarán preparados para las revisiones, con lo cual la cita no se demorará mucho. No importa que el vehículo ya no esté en garantía, la revisión será totalmente gratuita. En el caso de que no nos la den, pediremos una factura “sombra”, o sea igual a 0, donde se especifique qué se le ha hecho al coche. Ésta nos protegerá de cara a futuras reclamaciones: recuerda que todas las reparaciones cuentan con tres meses de garantía y que las piezas nuevas colocadas en el coche tienen una garantía de 2 años.
Muy importante: aunque no existe regulación al respecto, es un deber del propietario acudir a la revisión.
¿Y si no me ha llegado ninguna carta?
Esta es la pregunta más común y que preocupa a más gente después de haber leído o visto en un medio de comunicación que se ha llamado a revisión a determinado modelo de vehículo. ¡Anda, pero si es el mío! Como señalábamos antes, estas campañas de revisión no afectan a todas las unidades de un modelo, si no a series concretas con fechas de fabricación también muy determinadas. De hecho, podríamos decirte que ante la ausencia de carta, no te preocupes, tu coche no estará afectado. Pero ante la duda, apunta el número de identificación de tu vehículo –el número VIN o número de bastidor– que tienes en la documentación del coche y grabado en la misma chapa del vehículo, dentro del espacio del motor, y llama a un concesionario oficial. En éste último te harán la comprobación en un instante y sabrás si existe una llamada a revisión para tu coche.
¿SABÍAS QUÉ…