El ISA es un sistema inteligente de control o alerta de velocidad que ayuda a los conductores a mantenerse dentro de los límites recomendados. En Australia su uso está muy extendido y en Europa viene ensayándose desde hace años. Pero Reino Unido está que trina y advierte que no va a permitir “niñeras” en las carreteras de la UE.
La Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 incluye entre sus objetivos disponer de vehículos más seguros mediante la promoción de tecnologías modernas. Así las cosas, las nuevas tecnologías al servicio de la seguridad son una de las grandes apuestas de la UE. Poco a poco, se han ido aprobando equipaciones obligatorias de serie, como el ESP (sistema de control de estabilidad), el ISOFIX (de anclaje de sillas infantiles) o el ABS para las motos, entre otros. El AEB, sistema de frenado autónomo, será el próximo que se convierta en obligatorio. Pero existen muchos más: para control de ángulos muertos, de alerta por pérdida de atención, los alcolocks o el famoso ISA, de adaptación inteligente de velocidad, que es el que levanta más ampollas.
A diferencia del sistema de control de velocidad, que incorpora ya la mayoría de los coches y que permite al conductor establecer una velocidad máxima a la que desea circular, el ISA ayuda al conductor a mantener la velocidad dentro de los límites recomendados. A través de un software que analiza las imágenes de una cámara y reconoce las señales de tráfico y combinando tecnología GPS de información del tráfico en tiempo real, el ISA determina los límites de velocidad establecidos y los recomendados en cada momento, avisando al conductor mediante señal acústica y/o visual en el caso de que dicho límite sea sobrepasado. El sistema podría incluso actuar directamente sobre el vehículo, ajustando automáticamente su velocidad.
Australia es líder mundial en el desarrollo de esta tecnología, dado que el ISA está incluido en su Estrategia Estatal de Seguridad Vial, y se comercializa en dos versiones: un ISA pasivo (SpeedAlert), que solo ofrece información y avisa al conductor; y un ISA activo (SpeedShield), capaz de actuar automáticamente sobre el coche. Los australianos también disponen de aplicaciones para móviles, como el SpeedAlert Live. Y en Europa, ¿qué pasa en Europa?
La Comisión Europea financia ensayos en Bélgica y Países Bajos, mientras Reino Unido se opone al ISA tajantemente
Uno de los primeros ensayos realizados en Europa sobre el ISA se realizó en la ciudad de Gante (Bélgica), donde se equipó con esta tecnología a 34 vehículos y 3 autobuses para evaluar su funcionamiento. Los responsables del estudio celebraron los datos, dado que el exceso de velocidad se redujo significativamente. Sin embargo, el ensayo resaltó también aspectos negativos del ISA: los conductores tendían a “automatizar” la velocidad al sistema, ajustándose a los límites legales, lo que podía resultar peligroso en zonas urbanas.
Los ensayos se repitieron en otras ciudades de la región de Flandes hasta que en 2011 se hizo una gran encuesta a la población sobre el ISA. El 95% de los entrevistados se postuló a favor de disponer en su vehículo de un sistema de alerta o advertencia y tres de cada diez, indicaron su preferencia por un tipo de ISA más restrictivo, es decir, capaz de actuar automáticamente sobre el coche para reducir la velocidad. En Holanda, otro trabajo de investigación sobre la relación coste-beneficio arrojó como resultado que con el uso del ISA, la reducción de los ingresos hospitalarios podría llegar al 15% y el número de fallecidos reducirse en un 21%. La aceptación es tal, que el pasado mes de enero el ministerio belga de movilidad anunció un plan de desarrollo para la implantación del ISA. Paralelamente, Italia ha instado a la Unión Europea para que agilice los trámites que permitan aprobar a nivel comunitario el sistema de adaptación inteligente de velocidad. En el otro extremo de la balanza, Reino Unido.
Los europarlamentarios británicos no quieren el ISA. En palabras de su secretario de transporte, Patrick McLoughlin, harán todo lo posible por evitar que este sistema se imponga en Europa porque “Europa no necesita que circulen por sus carreteras vehículos equipados con un “Gran Hermano niñera”. Reino Unido se pronuncia a favor de continuar con la investigación en la tecnología de limitación de velocidad e, incluso afirma que podría votar a favor de un ISA pasivo con alerta de velocidad audible, pero que no aprobará un limitador automático de velocidad. “Ante situaciones de riesgo, como en adelantamientos donde la capacidad para acelerar puede evitar una colisión frontal, el ISA impediría al conductor esquivar el peligro”, explicaba el pasado otoño un portavoz en la Comisión.
Las principales agencias y asociaciones de seguridad vial, por el contrario, opinan que el sistema ISA podría reducir más de un 30% el número de siniestros con víctimas y casi un 50% el número de víctimas mortales. No obstante, en 2013, en España, la velocidad excesiva o inadecuada estuvo presente en el 22% de los siniestros mortales: fallecieron 366 personas y 1.518 resultaron heridas graves en siniestros en los que la velocidad fue uno de los factores concurrentes.